Los cambios que impuso el Covid-19 en el mundo entero generaron una avalancha de adaptaciones para continuar viviendo. Algunas de estas permanecerán con nosotros por el resto de nuestras vidas.
Nada nos enseña más que nuestra propia experiencia. Sucede en todos los niveles, tienes que verlo para sentirlo, así de sencillo. Este año que completamos bajo el influjo de la pandemia abrió y cerró muchas puertas pero también suscitó múltiples interrogantes sobre la manera de adaptarnos a vivir con ella.
Yo fui una persona muy privilegiada al no sufrir pérdidas de vidas ni de trabajo durante este confinamiento por Covid-19 por lo cual pude ayudar a otras personas en situaciones vulnerables y estoy inmensamente agradecida con Dios y con la vida. Sin embargo, igual que muchos de ustedes, afronté otro tipo de desafíos que me hicieron crecer y mirar la vida desde un ángulo diferente.
EL RETO DE QUEDARSE EN CASA… por obligación!
Al principio quedarse en casa fue como una gran aventura. No tener obligación de salir a cumplir las rutinas diarias de la vida sonaba como algo muy atractivo y todos nos propusimos metas: yo quería aprender a hacer pan, baguettes, dedicarme al jardín, tomar lecciones por internet y compartir incontables almuerzos y cenas románticas inspiradas por la novedad de permanecer en casa. Entonces el ritual de vestirse bien, perfumarse y arreglarse empezó a ser la excepción, se reservaba para aquellos momentos especiales de encuentro con los amigos o la familia por Zoom o para aquellas veladas íntimas que tanto disfrutábamos. El diario vivir transcurría entre las obligaciones normales de la casa y los momentos de soledad en los que contemplábamos la vida pasar afuera. El tiempo fue pasando y las horas se desgastaban sin tener en el panorama una expectativa de «volver a la realidad»… cuán lejose estábamos de todo aquello que considerábamos garantizado! Nos despertamos para darnos cuenta de que el mundo estaba mejor sin los seres humanos depredadores del medio ambiente, que los animales por fin disfrutaban y recuperaban un mundo del cual los habíamos desplazado.
Muchas personas en el mundo compartieron conmigo el sentimiento de frustración al no poder elegir cuándo y adónde salir, hacer las compras o simplemente visitar amigos y familiares.
El Covid-19 cobró también vidas de muchas personas que no soportaron los largos meses de confinamiento y soledad.
“Muchas veces me sentí prisionera, atrapada dentro de mi propia casa. Tuve días de desesperanza por no poder ver a mamá ni estar cerca de la familia y me asediaba la idea de no saber hasta cuándo iba a poder volver a compartir con mis seres queridos. Tenía un sentimiento de impotencia que me robaba la tranquilidad”
Afortunadamente encontré actividades que me ayudaron a centrar mi tiempo y mi interés en mejorar mis conocimientos, mi vida espiritual y aplicarme al desarrollo de varios proyectos. Mi tabla de salvación más grande fue encontrar un proyecto para jóvenes con discapacidad intelectual de la Fundación Enclick. Me sentí motivada, feliz de trabajar en equipo todos los días colaborando por internet y por primera vez experimenté lo que era participar activamente en el desarrollo y aplicación de un modelo de turismo virtual como alternativa de inclusión social y laboral de estos jóvenes. Ayudar y dedicar mi tiempo y mis conocimientos al servicio de esta causa, fue la mejor decisión para mí durante esta pandemia. Y lo mejor, logramos hacernos visibles ante el Ministerio de Cultura de Colombia, ente gubernamental ante quien presentamos el proyecto.
EL RETO DE LA CONCENTRACION… Trabajo desde casa?!
Debo confesar que hace muchos años que no estaba sometida a un entorno laboral o de aprendizaje con un esquema rígido. Mi estilo de vida nómada por el trabajo de mi esposo nos llevó por muchos países del mundo durante 10 años, de ahí que yo simplemente colgué el diploma universitario en la casa de turno y me dediqué a servir de ancla para mi familia en cada nuevo entorno, intentando que la adaptación fuera un proceso tan flexible y fluído como fuera posible.
De ahí que uno de mis mayores retos fuera centrarme en una sola actividad y no tener 2 ó 3 cosas andando al tiempo. Creo que muchas mujeres adolecemos de ese mal y siempre estamos en múltiples actividades simultáneamente porque no logramos desconectarnos completamente del entorno de nuestro hogar. Estamos con ropa en la lavadora mientras respondemos los emails del día, sacamos a descongelar algo para el almuerzo o la cena y contestamos una llamada telefónica de una amiga que hace siglos no vemos. Así, literalmente no lograba enforcar mi atención, pero gracias a la colaboración de mi marido y al entusiasmo que me despertaba el trabajo en el proyecto de la Fundación, logré organizar mi tiempo y centrar mi atención en las actividades del proyecto, lo cual fue un gran logro para mí en esta pandemia, además de proporcionarme la satisfacción del deber cumplido.
Agradecer y bendecir la vida
“Si la vida te sonríe, agradece. Si sientes que se te escapa la alegría agradece también, porque tienes la oportunidad de abrir tus ojos y mirar al mundo para sentir que estás vivo y eso, es motivo suficiente para poner paz en tu corazón”
To be grateful is the right state of mind… you really need to be present and be mindful of everything you experience, even the smallest details because everything counts and we never have to take things for granted.
I invite you to develop a constant presence of mind to acknowledge, to taste and experience life. Be thankful for the everyday things you’ve got, starting with the gift of life.
Get Inspired
Just look around and you will start noticing the common, yet marvelous things that surround your life and make it easier… you’ve got the precious water, electricity, the certainty that the sun will shine after the storm, your house, your food, the daily routines and chores that can be performed thanks to so many muscles and body systems that currently allow you to perform activities that we normally take for granted and yet make life so challenging when we loose them as part of our daily lives.
I challenge you to start your day saying thanks for opening your eyes and have the time to live and draw a new day full of potential, challenges to develop innovative ways to achieving personal growth.