Todos nos hemos preguntado alguna vez como acceder al mundo del subconsciente, ese mítico e inexplorado universo casi «mágico» del que probablemente hemos oído hablar pero que se antojaba inalcanzable para las personas como usted y como yo… ese mundo más allá de nuestra realidad tridimensional que nos limitaba a las leyes newtonianas de espacio-cuerpo y tiempo.
Hace poco conocí el trabajo científico del Dr. Joe Dispenza, dedicado a demostrar la conexión que existe entre nuestra mente, nuestras emociones y el impacto que estas tienen en nuestro mundo cotidiano, tanto en la salud, como en las relaciones, el trabajo y en aquello que anhelamos en nuestra s vidas. Es posible aprender a «diseñar» tu nueva realidad.
Esto fue revelador porque desde mi profesión de Psicología, siempre quise develar la conexión entre los circuitos cerebrales y las emociones y llegar a identificar su impacto psicosomático con pruebas contundentes que se derivan de muchos años de análisis e investigación científica conducidas por el Dr. Dispenza.
Estos procesos investigativos han sido respaldados por miles de experimentos en ambientes controlados y han llegado a demostrar cómo los procesos espirituales y la meditación tienen un impacto en las ondas cerebrales, en el manejo de las emociones y ulteriormente, en la forma como percibimos el mundo e inclusive -y esto es lo más sorprendente para mi mente analítica- cómo podemos cambiar nuestra realidad, sin poner fronteras a nuestros sueños.
Es algo así como poder visualizar un puente que conecta los procesos neuronales y las ondas cerebrales con el subconsciente, facilitándonos un medio de replantear nuestra realidad (física, afectiva, laboral, social) y abrir una puerta a una realidad paralela en la que tenemos acceso CREAR NUESTRO MUNDO A LA MEDIDA DE LO QUE ANHELAMOS y podemos soñar y generar escenarios en los que no existen las limitaciones.
En la meditación, se modifican las ondas cerebrales que pasan de ser Beta, cuano estamos en el día a día pensando con la neocorteza y se vuelven ondas alfa, cuando el mundo interno comienza a ser más real que el externo.
Cuando logramos estar en alfa, nos movemos al mundo de los hábitos insconscientes y no escuchamos más la voz aue nos habla en nuestra mente y de repente empezamos a ver en fotos e imágenes, es decir que entramos en un estado imaginario, literalmente hablando.
Al progresar en la meditación, pasamos a otras ondas cerebrales en un nivel más profundo, cuando vamos más allá del YO y nos conectamos con el sistema nervioso autónomo, entonces hay coherencia en la neocorteza y funciona de manera sincronizada y se producen cambios a nivel de la química hormonal, haciendo que el cerebro y el corazón funcionen al mismo ritmo, generando mayor consciencia en tu cuerpo, en tu entorno y en tu tiempo.