Es tiempo de encierro, de reflexión, de encuentro con una realidad ajena, que jamás habíamos vivido…
Te asusta, te confronta, te encierra y puede llegar a dañarte y hasta acabar con tu vida.
Es increíble que una bacteria microscópica tenga el poder de cerrar ciudades, tumbar la bolsa de valores, acabar con el turismo, meternos a todos en la casa y en una palabra, obligarnos a PARAR, a DETENER nuestra carrera loca por la vida y volcar toda nuestra atención hacia nuestro entorno.
El Corona Virus, tiene corona indudablemente… no sólamente por su forma, sino por ese poder que se nos antoja infinito porque nunca antes el mundo entero se ve confrontado con una situación que nos afecta por parejo a todos los seres que habitamos ese planeta, no importa el dinero, la raza, el color político, si eres piadoso o no, lo cierto es que en este barco nos encontramos todos y tenemos que navegar por aguas tormentosas sin saber exactamente adonde iremos a parar.
Quiero citar un escrito tomado del blog El Camino del Yak que describe con detalles el mundo al que hemos llegado, por causa y como consecuencia de nuestras acciones:
…»La Tierra Madre o el universo entero es nuestra CASA. Allí cometimos todas las fechorías; nos hemos portado muy mal. Robos, asesinatos, violencias, despilfarros, abusos de poder, desordenes de todo tipo, falta de respeto, agresividades, descaros infames, saqueos, revoluciones sin ton ni son, incendios a bosques, deshonra a la madre, envenenamiento de aire, aguas y tierra.
Basura y desorden por todas partes.
Corrupción y desfalcos. Minas ilegales con todo el asalto posible a la indiferencia humana. El fondo marino lleno de suciedad y cementerio de residuos infelices. El oro de la tierra, sacado sin permiso y revolcando la tierra. Nuestros bosques asolados y maltratados son derrumbados de manera brutal. NO mueren de pie, sino derrumbados sin poder reponer con la resiembra y el cuidado con el medio ambiente, derrumbando de mil maneras para agotar y colaborar con el calentamiento global.
La vida se pone triste, el virus salta a la superficie y nos da lecciones, pero pareciera que no nos importa, que fuera de eso hacemos trampa, que el castigo no nos hace tomar conciencia de nada serio. Como que cada uno chantajea a los abuelos, a la vida, a la tierra madre…»
Necesitamos reaccionar, aún podemos hacerlo, la naturaleza nos ha dado muestras de agradecimiento y regeneración en tan solo dos meses que hemos estado guardados en nuestras casas. Las aves, los animales, los océanos, las praderas y bosques, todos parecen cantar al unísono un enorme y sentido GRACIAS por quedarse quietos y permitirnos respirar y vivir!
Al ver las aguas limpias y claras, los animales retomando sus espacios y toda la tierra cubierta de verde, siento como si dijeran «Gracias por dejar atrás el egoísmo, el consumismo y la falta de consideración con su propio mundo»! Definitivamente la madre tierra y toda la creación son más sabios y muestran más consideración con su entorno que todo el género humano: no existe en todo el reino animal una criatura que mate por cebicia, por venganza o que acumule recursos ilimitados por encima del bienestar de los de su propia especie… No! ellos consumen lo que necesitan para vivir, se cuidan entre ellos y comparten lo que tienen sin ocuparse de arrasar con los recursos y acumular a costa del sufrimiento y la escasez de muchos otros.
En muchas ocasiones me averguenza pertenecer a esta raza que arrasa y daña y asesina toda la creación… somos despreciables cuando elegimos comportarnos de este modo con el único planeta que tenemos, el único sitio del que obtenemos nuestro sustento y el que nos provee del aire y del agua que necesitamos para vivir!
Podemos ser diferentes, este es nuestro momento de pensar, de crear y de ejecutar acciones que nos lleven a vivir en un mundo mejor en todo sentido, en la equidad, en la justicia y por supuesto, en el cuidado de la naturaleza… aún podemos poner por encima los intereses de todos y potenciar la regeneración de los recursos naturales.
Dios nos dio el libre albedrío y tenemos la obligación de hacer uso de nuestra inteligencia colectiva para sacar este mundo adelante.